Tegucigalpa. Luego de conocerse los resultados de las elecciones primarias, varios aspirantes a cargos de elección popular han manifestado su descontento, alegando fraude, manipulación de actas y compra de votos en su contra. Sin embargo, analistas políticos consideran que estas quejas carecen de fundamento y responden más a la frustración de quienes no fueron favorecidos por el voto popular.
El malestar se ha concentrado en el Partido Libertad y Refundación (Libre) y el Partido Liberal, donde los reclamos han sido constantes, a diferencia del Partido Nacional, donde las denuncias han sido mínimas.
«Si se están quejando es porque les fue mal, no salieron electos y ahora intentan cuestionar el proceso», opinó el analista político Marco Tinoco, quien considera que estas denuncias están motivadas por la derrota y no por hechos comprobables.
Desde el ámbito electoral, el analista Agusto Aguilar reconoció que la ley permite presentar impugnaciones o solicitudes de nulidad, pero aclaró que no todas las quejas tienen fundamentos sólidos.
«El que denuncia es porque se siente perjudicado, a veces con razón y a veces sin ella. Para eso existe un mecanismo legal, donde pueden impugnar o pedir la nulidad de una elección en determinada Junta Receptora de Votos», explicó Aguilar.
Oleada de impugnaciones ante el CNE
Según información extraoficial, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha recibido al menos 30 impugnaciones de los tres partidos en contienda, siendo los cargos de alcaldes y diputados los más disputados. Hasta el momento, no se han registrado denuncias relacionadas con la candidatura presidencial de René Amaya.
Todas estas impugnaciones deben resolverse en los próximos días antes de que el CNE oficialice los resultados finales.
¿Qué opciones tienen los precandidatos inconformes?
Aquellos que no obtengan una respuesta favorable en el CNE pueden acudir al Tribunal de Justicia Electoral (TJE), la instancia encargada de analizar y resolver las denuncias conforme a la ley.
No obstante, expertos electorales han advertido que este tipo de reclamos se han convertido en una constante en cada proceso electoral, y en esta ocasión los avances tecnológicos en la transmisión de resultados han minimizado las posibilidades de fraude.
«Este tipo de quejas son parte del proceso, pero no deben utilizarse para ensuciar el sistema electoral si no hay pruebas contundentes», concluyó Tinoco.
A medida que avanza el proceso de impugnaciones, los partidos políticos permanecen a la expectativa de si estos recursos lograrán revertir algún resultado o si solo forman parte del desgaste político post-electoral.