Los capitalinos no viven en un desierto, Jehová Dios les provee de sufiente agua para todo el año, pero deja que los funcionarios hagan uso del libre albedrío por si desean utilizarla o dejar que siga su camino al mar.

El Congreso Nacional aprobó en su sesión legislativa de este martes, dos proyectos para traer agua hacia la capital desde los ríos San José y el Jacaleapa.

Ambos proyectos contaron con la aprobación de la mayoría de los diputados del Congreso Nacional y únicamente la bancada del Partido Salvador de Honduras (PSH), parecen tener suficiente agua en sus casas, pues ellos votaron en contra.

O quizá, la oposición del PSH venga porque la moción del proyecto la presentó Rasel Tomé, diputado del Partido Libertad y Refundación (Libre) y como la desgracia más grande de Honduras es que la mayoría de las acciones de los funcionarios públicos se ven a través del filtro político.

No obstante, la diputada y delegada del PSH, Ligia Ramos, dijo que «nos oponemos rotundamente a la privatización del suministro y saneamiento del agua. Nos oponemos a la política neoliberal que se está llevando a cabo mediante la ley marco del sector agua potable y saneamiento que se aprobó en la administración pasada».

La diputada señaló que este contrato tiene ya dos denuncias: una en el Ministerio Público (MP) y otra en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Dicho convenio se suscribió con la Alcaldía Municipal del Distrito Central y la firma empresarial Hidalgo e Hidalgo Constructores de Honduras, representada por David Armando Palma.

Lo cierto es que en la actualidad, la capital hondureña enfrenta GRAVÍSIMOS problemas para poder abastecer de agua potable a más de un millón de personas que residen en el Distrito Central.

Como es conocido, en la actualidad las represas Los Laureles, La Concepción y La Tigra son los principales afluentes de donde los capitalinos se proveen del vital líquido para la vida.