Tegucigalpa. Las tensiones rumbo a las elecciones generales de noviembre siguen aumentando.El exasesor presidencial Marvin Ponce alertó que, ante el afán del partido de gobierno por mantenerse en el poder, podrían surgir mecanismos cuestionables que desencadenen una verdadera «guerra política» en el país.

Ponce no escatimó críticas hacia la concejal del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, a quien acusó de cometer una “novatada política” tras sus recientes declaraciones ante la Comisión Especial del Congreso Nacional. A su juicio, como presidenta del CNE, López debería enviar mensajes de certeza y no sembrar dudas sobre el proceso electoral. «Lo que lanzó ayer prácticamente fue un salvavidas diciendo que no hay condiciones para las elecciones generales porque no hay cartógrafo y que el personal está desanimado», reprochó.

El exasesor también denunció una aparente selectividad en la justicia electoral. «Aquí meten presos a los gatos, pero a los tiburones, que fueron los responsables del transporte electoral del 9 de marzo, hasta con aire acondicionado los reciben», expresó, en referencia a lo que considera una criminalización de los más vulnerables mientras los poderosos permanecen impunes.

De cara al proceso electoral de noviembre, Ponce vaticinó que el país vivirá una guerra electoral sin precedentes, donde la competencia no será limpia ni normal. “Si las elecciones primarias ya fueron trastocadas, ¿qué podemos esperar de los comicios generales, donde está en juego el control del poder político?”, advirtió. Según Ponce, será fundamental garantizar una logística sólida, veeduría internacional efectiva y un uso adecuado de los sistemas tecnológicos, además de campañas electorales basadas en propuestas serias y no en confrontaciones estériles.

Advirtió también que las campañas de odio o polarización serán castigadas por el electorado: «Aquí el que haga campañas de confrontación y siga generando crisis, va a perder porque la gente ya no quiere eso», sentenció.

En cuanto a las estrategias políticas, Ponce anticipó que las alianzas entre partidos jugarán un papel crucial para derrotar a Libre. Señaló que existe una percepción de presión interna y externa para forzar un pacto entre el Partido Nacional y el Partido Liberal con el objetivo de hacer frente al oficialismo, a quien acusó de no haber hecho un gobierno suficientemente fuerte como para aspirar legítimamente a una reelección.

Finalmente, Marvin Ponce no descartó movimientos políticos más audaces, como un eventual acuerdo para ceder la presidencia del Congreso Nacional a Jorge Cálix, a cambio de su apoyo en caso de que no prospere una alianza formal entre liberales y nacionalistas. Según su análisis, Cálix buscaría posicionarse como presidente del Legislativo para luego construir su propia candidatura presidencial.