Las gasolineras polacas de la frontera con la República Checa han estado muy concurridas estos días. El Gobierno ha decidido luchar contra la inflación reduciendo los impuestos del 23% al 8% y anulando el IVA de muchos alimentos básicos.
Checos, eslovacos y alemanes aprovechan y están aumentando sus compras en las zonas fronterizas «Todo es mucho más barato aquí que en la República Checa: los alimentos, los consumibles o los productos químicos», relata una mujer.
Los coches esperan en largas filas justo en la primera gasolinera tras la frontera para repostar. Un ciudadano describe la situación: «Todos vienen aquí a comprar el combustible. El litro es ocho coronas más barato y realmente vale la pena».
Los funcionarios de aduana checos están incrementando los controles en las fronteras para evitar, sobre todo, los riesgos de seguridad durante el transporte y el almacenamiento de combustibles baratos importados en el Estado.
«Aparte del depósito lleno y de los 20 litros de combustible permitidos en una lata, a veces tienen barriles llenos , lo que es ilegal», explica Ivana Kurkova, trabajadora de la aduana.
Fuente Euronews