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Pese a bajar tasa de homicidios, Honduras sigue entre los países más violentos de Latinoamérica


Un informe publicado este miércoles muestra cuáles son los países con las tasas más altas de homicidio en América Latina y el Caribe en 2022. La investigación de InSight Crime señala que los enfrentamientos entre bandas criminales por las disputas del control del negocio de la droga siguen siendo una de las principales causas de la violencia en la región.

Los países de América Latina y el Caribe continuaron registrando altas tasas de homicidios en 2022, a medida que la producción de cocaína alcanzó nuevos máximos, los grupos criminales continuaron fragmentándose y el flujo de armas en toda la región siguió creciendo.

En 2022, Honduras continuó ubicándose como el país más violento de Centroamérica, con una tasa de homicidios de 35,8 por 100.000 habitantes, según cifras del gobierno.

Sin embargo, el país redujo los homicidios en un 12,7 por ciento, en comparación con 2021. El gobierno no ha registrado un número tan bajo de muertes desde 2006, según un comunicado del Ministerio de Seguridad.

La presidenta Xiomara Castro generó grandes controversias hacia finales del año, tras implementar una ofensiva contra las pandillas que permitió el arresto de más de 652 presuntos pandilleros y el desmantelamiento de 38 pandillas, según estadísticas reportadas por el diario El Heraldo.

Muchas de las muertes violentas en Honduras se atribuyen a bandas que se dedican al microtráfico y la extorsión. El sector del transporte de Honduras ha sido particularmente golpeado por la extorsión y la violencia concomitante, y al menos 60 trabajadores de dicho sector perdieron la vida en 2022. Si bien el estado de excepción promulgado por Castro va dirigido a las pandillas que llevan a cabo esquemas de extorsión, es muy pronto para determinar el impacto que dicha estrategia tendrá sobre la tasa de homicidios del país.

En Ecuador, la situación fue verdaderamente catastrófica. Los niveles históricos de cocaína que ingresaron al país intensificaron la violencia, y los asesinatos se dispararon, en tanto que los ataques contra funcionarios judiciales y los asesinatos de policías por parte de las bandas criminales alcanzaron niveles récord.

La cocaína que ingresó al país durante el año provenía sobre todo de Colombia, donde el nuevo presidente, Gustavo Petro, ha prometido distanciarse de la guerra del país contra las drogas con el fin de apostarle a la “Paz Total” con los grupos guerrilleros y criminales del país. Sin embargo, hasta ahora los niveles de violencia permanecen estables.

En El Salvador, la ofensiva directa del gobierno contra las pandillas causó una drástica reducción en las tasas de homicidios, aunque presuntamente a costa de violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Y en Haití, una falta casi absoluta de capacidad política llevó a un aumento de la violencia, en tanto las pandillas paralizaron la capital del país, Puerto Príncipe.

El Caribe se convirtió en una zona crítica en cuanto a los asesinatos. La tasa de homicidios de Jamaica aumentó una vez más, dado que el tráfico de armas hacia la isla permitió que las pandillas se abastecieran de armas para cometer sus crímenes; por su parte, las Islas Turcas y Caicos se convirtieron en el país más violento per cápita de la región, dado que los asesinatos registraron un aumento de más del doble.

Este año, InSight Crime ha extendido el balance de homicidios, con el fin de incluir varios países y territorio del Caribe, muchos de los cuales experimentaron un fuerte aumento en los asesinatos en 2022. Si bien somos conscientes de que tanto sus poblaciones como sus cifras de homicidios son comparativamente más pequeños, los incluimos en este balance con el fin de mostrar que los patrones de violencia están afectando a toda la región.

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Este año, InSight Crime ha extendido el balance de homicidios, con el fin de incluir varios países y territorio del Caribe, muchos de los cuales experimentaron un fuerte aumento en los asesinatos en 2022. Si bien somos conscientes de que tanto sus poblaciones como sus cifras de homicidios son comparativamente más pequeños, los incluimos en este balance con el fin de mostrar que los patrones de violencia están afectando a toda la región.

Una ola de violencia azotó a las pequeñas Islas Turcas y Caicos (TCI) en 2022. Si bien 35 asesinatos pueden parecer poco motivo de preocupación, representan un aumento del 150 por ciento con respecto a los 14 asesinatos que se presentaron en 2021 en el país, cuya población total es de un poco más de 45.000 habitantes.

Muchos de los homicidios se concentraron en el último tercio del año: 21 ocurrieron entre el 3 de septiembre y el 8 de noviembre, incluyendo un triple asesinato el 1 de noviembre. Muchos asesinatos a bala se presentaron en las áreas de Five Cays y Dock Yard de Providenciales, la isla más poblada del país.

Si bien no está claro cuáles han sido los motivos del aumento de la violencia, el jefe de Estado designado por el Reino Unido, el gobernador Nigel Dakin, dijo en una publicación de Instagram que las pandillas jamaiquinas están “tratando de eliminar a sus rivales criminales en el territorio”, utilizando “niveles sin precedentes de violencia selectiva”.

El gobernador culpa de la situación a la proximidad de TCI a vecinos inestables, “inundados de armas y drogas [...] donde los delincuentes al parecer pueden moverse fácilmente por toda la región”.

Jamaica: 52,9 por 100.000 (pobl. 2.827.695)
Por primera vez en tres años, la isla caribeña no encabezó las listas regionales por su tasa de homicidios. Desafortunadamente, esto no tiene tanto que ver con el éxito en la erradicación de la propia violencia en el país, sino más bien con las altísimas tasas que se presentaron en otras regiones del Caribe.

La Fuerza de Policía de Jamaica (Jamaican Constabulary Force, JCF) registró 1.498 asesinatos en 2022, es decir, 24 más que el año anterior. Esto sitúa la tasa de homicidios de Jamaica en casi 53 por cada 100.000 habitantes, un máximo que no se presentaba desde 2017.

Varios factores influyen en la implacable violencia de Jamaica y en la aparente incapacidad del gobierno para detenerla.

En primer lugar, el tráfico de armas abunda en el país, cuyo mercado es inundado por armas pequeñas provenientes de Estados Unidos. En febrero del año pasado, el primer ministro Andrew Holness volvió a utilizar una estrategia ya conocida, que consiste en tomar fuertes medidas contra la posesión ilegal de armas; sin embargo, hacia finales del año las acciones del gobierno no habían logrado disminuir los asesinatos en Jamaica.

Además de aumentar los castigos para los propietarios de armas ilegales, el gobierno utilizó otra política que ha demostrado ser fallida: la continua promulgación de estados de emergencia en gran parte de la isla. Como al parecer ya no tenía más opciones, Jamaica recurrió públicamente a las Naciones Unidas para obtener asistencia externa en su lucha contra el flagelo del tráfico de armas. Por desgracia, los niveles récord de incautación de armas y municiones al parecer no lograron cambiar la situación.

Santa Lucía: 42,3 por 100.000 (pobl. 179.615)
Los 76 asesinatos registrados por Loop News pueden parecer poco, pero, para un país del tamaño de Santa Lucía, con una población de poco menos de 180.000 habitantes, esta cifra la ubica casi a la cabeza de los listados regionales.

En 2021, Santa Lucía registró 74 asesinatos, cifra que fue un récord en ese momento. El aumento a 76 asesinatos significa que el país ha traspasado su récord de homicidios por segundo año consecutivo. Esto llevó a que la oposición política, el Partido Unido de los Trabajadores, pidiera la renuncia del primer ministro, Philip J. Pierre, como ministro de Seguridad Na

En Sudmérica, Ecuador fue uno de los países con mayores niveles de violencia. Esto se debió a que el narcotráfico en el país andino aumentó considerablemente, lo que derivó en un incremento de asesinatos y ataques contra funcionarios judiciales.

Por su parte, en El Salvador la ofensiva del Gobierno de Bukele contra las pandillas redujo de manera considerable las tasas de homicidio. Sin embargo, InSight Crime señala que esto se logró, presuntamente, a costa de violaciones sistemáticas a los derechos humanos.

 

 

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