“Si el periodismo se deja ganar el valor, perdimos el país, porque no habrá medio que pueda contradecir las mentiras que el Gobierno vende como verdad» apuntó Oliver Erazo. 

Tegucigalpa. En un escenario cada vez más polarizado, la libertad de expresión en Honduras se encuentra en el centro del debate público. Expertos señalan que el ejercicio profesional del periodismo está siendo amenazado de manera sistemática, al punto de considerar que se busca silenciar las voces críticas para allanar el camino hacia un gobierno de corte autoritario y socialista.

Esta alerta la encabeza Oliver Erazo, abogado constitucionalista y analista hondureño, quien en el programa televisivo “En la Mira” expuso que en Honduras se está reproduciendo un modelo utilizado previamente en países como Brasil, Ecuador y Venezuela donde, asegura, la instrumentalización de los operadores de justicia fue clave para sostener gobiernos que, aunque en sus inicios llegaron al poder por mecanismos legítimos, derivaron en sistemas autoritarios.

“Es parte de dirigir a una autocracia más desbordada hacia una dictadura de corte socialista, porque la teoría política y constitucional es clara: en la jurisprudencia internacional se establece que, a más libertad de expresión, más democracia; y a más ataques, menos democracia y más autoritarismo. Pasamos de una democracia a una dictadura”, enfatizó Erazo.

Ataques a la prensa: un síntoma de autoritarismo

La preocupación central radica en que los medios de comunicación, actores clave para la transparencia y el ejercicio democrático, estarían siendo objeto de acciones legales y presiones políticas destinadas a inhibir su labor informativa. Según Erazo, la estrategia comienza con una campaña de desacreditación y la utilización de figuras penales, como querellas por difamación o injurias, admitidas rápidamente en los tribunales cuando el demandante está ligado al poder político.

“Cuando se trata de querellas contra políticos, los tribunales corren a admitirlas. Imagínese cómo será ahora si los jueces no son independientes y temen perder su empleo si no resuelven la querella que presenta alguien del poder. Primero van por los periodistas, luego por los abogados… Es parte del modelo”, aseveró el analista.

Estos ataques se sumarían a una supuesta estrategia de polarización en la que el discurso gubernamental tilda de “libertinaje” el ejercicio de la prensa crítica. Se advierte que tales señalamientos podrían aumentar en el contexto de próximos procesos electorales, con el fin de frenar coberturas que denuncien posibles irregularidades, manipulación de recursos o fraude en las urnas.

La instrumentalización de la justicia

El punto neurálgico de la denuncia recae en la “instrumentalización de los órganos operadores de justicia”. De acuerdo con Erazo, partidos de izquierda —como la fuerza política en el poder, Libertad y Refundación— habrían aprendido de modelos en Sudamérica para controlar cortes y fiscalías. Esto permitiría reorientar o precipitar causas judiciales en contra de comunicadores, académicos y otros líderes de opinión que cuestionen la gestión gubernamental.

El abogado indica que “la izquierda ha manejado muy bien” la estrategia para sostener gobiernos de corte socialista. Consiste en colocar operadores de justicia afines y, desde esa posición, perseguir o intimidar a adversarios políticos y a la prensa hasta coartar la crítica y el disenso público.

La Ley de Libre Emisión del Pensamiento y el derecho a réplica

Una de las principales contradicciones que resaltan los defensores de la libertad de expresión es la forma en que se estarían admitiendo querellas en los tribunales sin agotar los mecanismos que la misma legislación hondureña establece.

La Ley de Libre Emisión del Pensamiento otorga a quienes se sientan agraviados por una nota periodística el derecho a solicitar réplica, en primera, segunda y hasta tercera instancia, antes de proceder a la vía legal, apuntó.

No obstante, el analista advierte que la práctica se ha desvirtuado “¿Cómo es posible que los tribunales admitan querellas sin que primero se agoten las instancias de réplica y dúplica? Esto es todavía más delicado, porque los procesos por información inexacta deberían debatirse en la vía civil, no penal. Hace un par de años se derogaron artículos del Código Penal que criminalizaban la libertad de prensa, pero no los tocaron realmente. Esa es la manera de tener a la prensa ‘con mecate corto’”, sentenció.

El peligro de una dictadura en puertas

En el trasfondo de estas advertencias, Erazo señala que Honduras “no va hacia el modelo”, sino que “ya está dentro del proceso” de consolidar un sistema autoritario de izquierda. Esto tendría graves repercusiones no solo en el ámbito político, sino también en el económico y social, generando un “sistema de caos y pobreza” que, según el analista, se traduciría en el debilitamiento de todos los sectores productivos, la huida de inversiones y un aumento de la desigualdad.

“Si el periodismo se deja ganar el valor, perdimos el país, porque no habrá medio que pueda contradecir las mentiras que el Gobierno vende como verdad. El periodismo genera conciencia ciudadana y forma parte de la población; la población informada no se deja imponer modelos ideológicos que no necesita el país para salir adelante”, recalcó.

Además, el analista advirtió que el silencio forzado de la prensa allanaría el cierre de canales y emisoras, reproduciendo el escenario que han vivido otras naciones:

“Las limitaciones que hoy hacen a la libertad de prensa, mañana harán que cierren canales, radios, y al final terminaremos como los venezolanos”, afirmó.