Tegucigalpa. En medio de una jornada electoral marcada por la incertidumbre y el caos logístico, observadores internacionales expresaron su creciente preocupación por la gestión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras. La distribución de los materiales electorales sufrió importantes retrasos, lo que afectó el derecho al voto de miles de ciudadanos, y la imagen de la institución se vio comprometida.
Gustau Alegret, observador internacional, señaló que, aunque algunos aspectos del proceso electoral se llevaron a cabo correctamente, es fundamental no pasar por alto las irregularidades que ocurrieron. «Lo que no ha salido tan bien como estaba previsto, hay que ponerle atención, saber qué ha pasado y evitar que vuelva a pasar porque los ciudadanos no pueden entrar en su proceso de primarias, mirando al 30 de noviembre con un incremento de la desconfianza de la institución», expresó Alegret. Este comentario refleja el creciente escepticismo hacia el CNE, especialmente en un contexto electoral donde la confianza pública es clave.
Uno de los principales puntos de controversia señalados por los observadores fue el rompimiento de la cadena de custodia de los materiales electorales, un factor que comprometió la transparencia del proceso. Alegret destacó la importancia de no perder de vista las fallas del proceso, mencionando que algunos centros de votación no abrieron a tiempo y que, en muchos casos, los votantes no recibieron las papeletas correspondientes. A su juicio, estas irregularidades no deben repetirse en futuras elecciones.
La jornada electoral, que comenzó a las 7:00 de la mañana, estuvo marcada por desorganización. A pesar de que los centros de votación deberían haber recibido las maletas electorales a primera hora, algunos centros no las recibieron hasta pasadas las 7:00 de la noche. Esto generó un ambiente de frustración entre los votantes, especialmente en lugares como la colonia Centroamericana y la escuela República de Nicaragua, donde los ciudadanos tuvieron que abandonar las filas sin poder ejercer su derecho al voto.
El informe oficial del CNE atribuyó la causa del caos a problemas logísticos en el traslado de las maletas electorales. La consejera presidenta del CNE, Cossette López, explicó que, ante la demora, tuvieron que utilizar vehículos personales para recuperar las maletas que se habían trasladado en buses. «Estaban estacionados por horas y cuando se nos informaba que ya iban a terminar de entregar, decidimos montar dispositivos para ir a ver los buses que estaban estacionados y cuando íbamos hacia ellos, los buses arrancaron. «Dieron órdenes para que nuestros empleados anduvieran jugando al gato y al ratón», relató López.
Las tensiones entre las autoridades electorales y los ciudadanos continúan en aumento, lo que ha puesto en evidencia la falta de preparación y de responsabilidad institucional para llevar a cabo un proceso electoral sin sobresaltos. Ante este panorama, la credibilidad del CNE está seriamente comprometida, lo que ha dejado una sensación generalizada de desconfianza.