“No es Jurassic Park”: científicos reviven al lobo gigante de Game of Thrones

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La empresa Colossal Biosciences logra el primer caso funcional de “desextinción” genética al crear cachorros que portan genes del extinto lobo terrible.

Redacción. Durante décadas, la ciencia ha coqueteado con la idea de revivir especies extintas, un concepto tan fascinante como polémico, conocido como desextinción. Hoy, ese sueño parece haber dado su primer gran paso con la creación de tres lobos que, según sus creadores, llevan en sus genes el legado de los legendarios lobos terribles, famosos por su aparición en la serie Game of Thrones.

Colossal Biosciences, una empresa de biotecnología valorada en 10 mil millones de dólares, ha anunciado que logró crear tres lobos vivos mediante edición genética, implantando características clave del lobo gigante extinto en embriones de lobos grises modernos. Los cachorros, llamados Rómulo, Remo y Khaleesi, nacieron sanos y actualmente permanecen en una instalación secreta en el norte de Estados Unidos.

“Estamos creando copias funcionales de algo que solía estar vivo”, declaró Beth Shapiro, directora científica de la compañía, en una entrevista exclusiva. La experta explicó que los animales poseen genes esenciales que alguna vez definieron al lobo terrible, un depredador que dominó el norte del continente americano hace más de 13.000 años.

Colossal logró su avance tras años de búsqueda y análisis genético. En 2021, un equipo científico independiente recuperó ADN antiguo de fósiles, incluyendo un diente de 13.000 años encontrado en Ohio y un cráneo de 72.000 años hallado en Idaho. Esos hallazgos permitieron a los investigadores aislar 80 genes cruciales, de los cuales 20 fueron seleccionados para editar el genoma del lobo gris moderno.

A pesar de las dificultades, el resultado fue sorprendente: los tres cachorros nacieron con pelaje blanco y espeso, cuerpos más grandes de lo normal y colas particularmente tupidas. Según Matt James, director de animales de Colossal, “ese primer destello blanco fue una verdadera bofetada. Se me quedará grabado para siempre”.

El proyecto ha sido celebrado como un hito científico, aunque no todos están convencidos. Adam Boyko, genetista de la Universidad de Cornell, advierte que, aunque el logro es impresionante, “no se trata de verdaderos lobos huargos”. Para él, sin un ambiente natural y sin una dieta ancestral, los animales no pueden considerarse auténticos representantes de su especie extinta.

Shapiro reconoce estas limitaciones. “Viven como lobos en un hotel de lujo. No pueden clavarse una astilla sin que nos enteremos”, bromeó. Aun así, espera que el experimento sirva como base para futuras aplicaciones, especialmente en la conservación de especies en peligro crítico, como el lobo rojo.

Actualmente, Colossal también ha producido clones híbridos de lobo rojo y coyote con la intención de reintroducirlos en Carolina del Norte, reforzando así la diversidad genética de la especie. El objetivo final es evitar que otros cánidos desaparezcan, mientras se exploran los límites éticos y científicos de la desextinción.

La empresa también ha iniciado colaboraciones con comunidades indígenas estadounidenses, como la Nación MHA en Dakota del Norte. Su presidente, Mark Fox, expresó: “Su presencia nos recordaría nuestra responsabilidad como guardianes de la Tierra”.

Aunque algunos científicos mantienen reservas sobre los riesgos ecológicos y éticos de estas iniciativas, otros no ocultan su entusiasmo ante la posibilidad de traer de vuelta especies que creíamos perdidas para siempre.