Tegucigalpa. En lugar de aclarar el panorama, el diputado Juan Barahona terminó por oscurecerlo aún más con su intento de defensa en la red social X, luego de que circulara una fotografía suya en la sala de espera de un reconocido hospital privado de la capital, la imagen desató una ola de críticas por la aparente contradicción entre su discurso político y su comportamiento personal.
El oficialismo ha defendido en reiteradas ocasiones el sistema de salud pública, asegurando que los hospitales están abastecidos, que se ha cancelado la deuda salarial con los médicos y que la atención es digna para la población. Sin embargo, muchos ciudadanos cuestionaron por qué, si todo eso es cierto, no acudió al Hospital Escuela, al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) o a algún centro estatal, en lugar de esperar cómodamente en una clínica privada.
Intentando justificar su presencia, Barahona publicó que simplemente acompañaba a un familiar enfermo y que los comentarios en torno a la imagen eran “malintencionados”.
No conforme, desvió el debate hacia el terreno político asegurando que “el verdadero problema en Honduras no es que una persona acuda a un hospital público o privado, sino que la oligarquía ha pretendido históricamente apropiarse del derecho a la salud, convirtiéndolo en un negocio en lugar de caracterizarlo como un derecho humano”.
Sin embargo, este argumento para muchos, suena más a desvío ideológico que a una justificación concreta. Consideran que si el diputado, cree que la salud debe ser pública y digna, ¿por qué sigue alimentando el modelo privado que tanto critica con su propia presencia en él.
Pese a todo, el diputado cerró su pronunciamiento asegurando: “Seguiré defendiendo un sistema de salud pública digno, accesible y de calidad para todos y todas, y no me disculparé por acompañar a los míos cuando lo necesiten.”
Ante la publicación de Barahona, el candidato a diputado Rashid Mejía no tardó en responder. En su cuenta de X, Mejía le preguntó: “¿Por qué visitar un hospital oligarca y no uno de los nueve hospitales que su líder socialista, Xiomara Castro, prometió?”, añadiendo con ironía: “Vaya al Hospital Escuela, tan siquiera donde la seguridad es comandada por colectivos de su partido, hipócritas”.
Otros usuarios no se hicieron esperar y arremetieron “¿Y por qué su familiar no fue a un hospital público? ¿No dicen ustedes que todo está de maravilla?”, cuestionó un internauta. Otro más preguntó: “¿Por qué no lo llevó al Hospital Escuela para que todo le saliera gratis?”.
La discusión continuó en torno a la contradicción entre el discurso del oficialismo, que asegura que el sistema de salud pública está en su mejor momento, y la acción personal de Barahona, quien, en vez de respaldar ese sistema, acudió a un hospital privado.
Mientras el pueblo aguanta filas y carencias en los hospitales públicos, los discursos progresistas se evaporan en salas con aire acondicionado. ¿Será que el socialismo del siglo XXI también tiene su área VIP?