Más de dos millones de hondureños estarán en inseguridad alimentaria para junio de 2025
Tegucigalpa, Honduras. La crisis de seguridad alimentaria en Honduras se agrava con el paso de los meses, afectando a millones de personas. Según el Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), se estima que para junio de 2025, al menos 2.2 millones de hondureños enfrentarán inseguridad alimentaria, lo que significa que no tendrán garantizados sus tres tiempos de comida diarios.
María Luisa García, coordinadora del observatorio, explica que en muchos hogares apenas se logra asegurar uno o dos tiempos de comida, dependiendo del ingreso económico. Esta realidad es preocupante, considerando que más del 50% de los salarios de los hondureños se destina a la compra de alimentos, sin garantizar necesariamente una alimentación nutritiva.
Posturas encontradas sobre el abastecimiento
Ante esta situación, la secretaria de Agricultura y Ganadería, Laura Suazo, asegura que el gobierno ha trabajado intensamente para evitar una escasez de granos básicos durante el verano. Según la funcionaria, las medidas implementadas tras el impacto de la tormenta Sara han permitido continuar con la siembra en los últimos meses.
«Esperamos que haya abastecimiento. Un pequeño impase con la tormenta Sara nos afectó, pero hemos estado trabajando intensamente desde diciembre y pronto comenzaremos a cosechar», afirmó Suazo.
Sin embargo, la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (FENAG) tiene una visión menos optimista. Su director, José Chacón, advierte que la producción nacional es insuficiente para abastecer el país, lo que podría aumentar las importaciones de productos básicos.
«No se está produciendo lo suficiente. En todos los productos estamos deficitarios. Solo en cultivos industriales como melón, palma y café hay incentivos, pero para el consumo nacional, estamos con un gran déficit», explicó Chacón.
Acceso económico, el verdadero problema
Desde la perspectiva de la Asociación de Protección al Consumidor del artículo 19, el problema no radica en la producción, sino en el acceso económico a los alimentos. Su presidente, Darwin Ponce, señala que aunque los productos estén disponibles en los mercados, los altos precios impiden que muchas familias los adquieran en cantidades adecuadas.
«El problema en este país es el acceso a la canasta básica. No es que no haya producción, sino que la gente no puede comprar. Hay familias que solo pueden comprar 4 onzas de mantequilla o queso para alimentarse», detalló Ponce.
Factores climáticos agravan la crisis
Además de los problemas de acceso y producción, la crisis alimentaria en Honduras también se ve afectada por sequías, falta de agua y deficiencias en los sistemas de riego. Shelley Cheatham, jefa regional de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, reconoce que estos factores agravan la inseguridad alimentaria y requieren una respuesta combinada de asistencia humanitaria y desarrollo.
«Los problemas de sequía y falta de agua afectan crónicamente la seguridad alimentaria. Trabajamos junto con el gobierno para asegurar que la población tenga alimentos y medios de vida sostenibles», indicó Cheatham.
Un desafío complejo y urgente
Aunque el país no enfrenta una hambruna, la crisis de seguridad alimentaria representa un problema estructural que necesita soluciones integrales. Expertos y organismos coinciden en que no basta con garantizar el abastecimiento, sino que es esencial mejorar el acceso a los alimentos y su valor nutricional. Sin medidas efectivas, millones de hondureños seguirán en riesgo de no poder alimentarse adecuadamente en los próximos meses.