Ayer se llevó a cabo la final en el fútbol salvadoreño y unas 13.000 persona aproximadamente, el 30 por ciento del aforo del estadio Cuscatlán, fueron vendidas a hinchas de Alianza y Águila.
Fue el primer acontecimiento masivo en El Salvador desde que dio el primer contagio de covid-19 en marzo de 2020.
La cercanía entre los aficionados obligó al arbitró Iván Barton a retrasar por varios minutos el inicio del partido.
Las autoridades del estadio abrieron otras zonas que no estaban habilitadas para tratar de asegurar el distanciamiento físico.
Afuera del estadio y horas antes de comenzar el encuentro fueron vistos personas sin mascarilla o con esta mal colocada. El Alianza volvió a levantar la Copa en El Salvador. Foto El Gráfico