Jesús Canahuati: Trámites, falta de confianza y políticas ambiguas frenan inversión en Honduras

El líder empresarial señala que la falta de claridad en los permisos y la necesidad de estabilidad legislativa dificultan la llegada de capital extranjero al país.

San Pedro Sula, Honduras — En un análisis sobre la falta de inversión en Honduras, Jesús Canahuati, destacado empresario y figura clave en el sector privado, detalló los principales factores que alejan el interés de inversionistas nacionales y extranjeros. En declaraciones recientes, Canahuati subrayó que las complicaciones burocráticas, la ausencia de un ambiente de confianza y la falta de políticas claras para la inversión continúan frenando el crecimiento económico del país.

Canahuati explicó que, aunque el gobierno ha permitido espacios de diálogo para tratar de abordar estos obstáculos, persisten barreras que hacen difícil que las empresas extranjeras decidan instalarse en Honduras. “Estamos hablando con el gobierno y apuntando a aquellas cosas que limitan estas inversiones, y nos han dado el espacio para platicar sobre los puntos que dificultan que las empresas vengan”, expresó el empresario.

Trámites lentos y falta de claridad en permisos

Uno de los principales obstáculos, según Canahuati, es la demora en los trámites de aprobación, especialmente en licencias ambientales y otros permisos esenciales para establecer operaciones empresariales en el país. “Se deben agilizar todos los trámites para que las empresas tengan certeza de que pueden operar aquí sin contratiempos. Sin un sistema eficiente, la inversión se aleja”, indicó.

El empresario resaltó que la inseguridad y lentitud en los procesos administrativos envía un mensaje desfavorable a los posibles inversionistas. “Necesitamos que el país dé una imagen de estabilidad y transparencia en sus legislaciones, así como de un ambiente de optimismo que genere confianza en los empresarios”, afirmó.

Falta de políticas claras y de colaboración intersectorial

Otro aspecto clave que mantiene alejadas las inversiones es la ausencia de una política pública clara y consistente para el fomento de la inversión, destacó Canahuati. Indicó que, mientras otros países de la región, como México, están superando a China en exportaciones a Estados Unidos, Honduras carece de una estrategia concreta que aproveche su mano de obra calificada y productiva.

“Hay empresas que están considerando invertir aquí, pero necesitamos una política clara. No hay suficiente colaboración entre el gobierno, el sector empresarial y los trabajadores, y sin ella es imposible construir la confianza que se requiere para atraer a los inversionistas”, declaró.

Impacto económico: el costo de no invertir en Honduras

Canahuati enfatizó que cada empleo en Honduras requiere una inversión aproximada de entre 500,000 y 600,000 lempiras, una cantidad que podría ser cubierta por el sector privado si se logran condiciones adecuadas. Generar 50,000 empleos, ejemplificó, requeriría alrededor de 25,000 millones de lempiras en inversión privada. Este flujo no solo impulsaría la economía nacional sino que ayudaría a enfrentar la crisis de divisas, al aumentar las exportaciones y reducir la dependencia de políticas de organismos internacionales.

“La inversión aquí sería un ‘ganar-ganar’ para el país: creamos empleo, generamos circulante y el Estado recibe ingresos tributarios que puede destinar a sectores como la educación, la infraestructura o la seguridad”, expuso Canahuati.

Inversores interesados, pero a la espera de condiciones favorables

A pesar de los desafíos, Canahuati resaltó que Honduras tiene ventajas competitivas importantes, como su población joven, que representa el 60% de los hondureños. Sin embargo, sin un marco de confianza y estabilidad, estos factores no son suficientes para convencer a los inversionistas. “El problema no es la falta de interés, sino la falta de condiciones. Los inversionistas están esperando un entorno donde puedan confiar en que sus proyectos serán sostenibles en el tiempo”, puntualizó.

El empresario concluyó instando a los sectores público y privado a colaborar en una “política proactiva de empleo” que permita aprovechar el potencial hondureño, indicando que solo un acuerdo sólido puede revertir las barreras actuales que impiden que Honduras se convierta en un destino atractivo para la inversión.