Tegucigalpa, la capital de Honduras, se enfrenta a niveles de contaminación del aire que superan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), convirtiéndose en una de las ciudades más contaminadas del país. Durante el mes de marzo, se registraron alrededor de 111 incendios, cuyas emisiones de humo han contribuido a la alta concentración de partículas contaminantes en el aire. La mala calidad del aire ha generado una creciente preocupación, ya que se ha observado un aumento en los casos de enfermedades respiratorias y otros problemas de salud entre los habitantes del Distrito Central.
Las estaciones meteorológicas de la Alcaldía Municipal, encargadas de medir la calidad del aire, han reportado que los niveles de contaminación aumentan considerablemente por la mañana y por la tarde, alcanzando lo que se considera un rango de contaminación moderada. La principal fuente de estos altos índices de contaminación proviene de los vehículos que circulan por la ciudad, así como de la quema de basura y la deforestación.
De acuerdo con los últimos informes del Departamento de Protección Ambiental de Honduras, las partículas finas (PM2.5), que son las más peligrosas para la salud humana, han superado en varias ocasiones los 150 microgramos por metro cúbico, cuando el límite recomendado por la OMS es de 25 microgramos. Estas partículas, que provienen principalmente del humo de los incendios y de los vehículos, son capaces de penetrar profundamente en los pulmones y afectar el sistema respiratorio.
La exposición continua a estos niveles de contaminación es especialmente perjudicial para los grupos más vulnerables de la población, como los niños, las personas mayores y aquellas que padecen enfermedades respiratorias o cardiovasculares. Expertos médicos han advertido que esta exposición prolongada puede causar graves problemas de salud, como bronquitis, asma, e incluso agravar enfermedades crónicas, como el cáncer de pulmón.
Además de los efectos sobre la salud, la mala calidad del aire también está afectando la productividad de los capitalinos. Muchas personas se ven desmotivadas a realizar actividades al aire libre, lo que repercute en su bienestar general. A su vez, los hospitales han reportado un aumento en la atención de casos relacionados con enfermedades respiratorias, lo que pone en evidencia la gravedad de la situación.
Para mitigar estos efectos, especialistas sugieren una serie de medidas, como la implementación de políticas más estrictas sobre las emisiones vehiculares, promover el uso de transporte público y no motorizado, así como ejecutar campañas de reforestación masiva que ayuden a mejorar la calidad del aire. Solo con un enfoque integral y la colaboración de la ciudadanía se podrá revertir esta problemática que afecta a millones de hondureños en la capital.