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Iglesia Católica pide a hondureños no buscar agua en las cisternas agrietadas del poder

El cardenal hondureño, Óscar Andrés Rodríguez, le pidió este domingo a sus compatriotas que no busquen agua «en las cisternas agrietadas del poder, del placer sin reglas morales, del tener y acumular».

Rodríguez hizo tal petición al hacer referencia al pasaje bíblico de la samaritana, relacionado con la sed, pero una sed de vida que tiene la humanidad.

«Tenemos sed de algo más que de agua. Sed de verdad, de seguridad, de amor, de sentido de la vida. Todos llevamos un gran deseo en nuestro corazón y buscamos siempre la manera de satisfacer nuestro deseo. En el fondo lo que tenemos es sed de infinito, de vida eterna», recalcó.

Rodríguez señaló que en el mundo hay mucha sed, no solamente del agua que escasea tanto ahora en el tiempo de sequía, que en el caso de los hondureños llaman verano, pero que propiamente no es verano, sino estación seca.

«Pero el mundo tiene sed de algo más intenso, una sed que nada ni nadie puede saciar, el ser humano es un eterno sediento; la sed de la samaritana puede entenderse como la sed de la humanidad que no encuentra satisfacción, ni seguridad en sus ídolos y camina a ciegas buscando dioses que no son y templos que tampoco son», añadió.

El religioso expresó que «hoy son muchos los pozos que se ofrecen a la sed del ser humano, pero conviene evitar las aguas contaminadas», y que «es urgente orientar nuestra búsqueda para no caer en el vacío, en la frustración, en el sin sentido».

El cardenal indicó que es «triste» que en las zonas más pobres de Tegucigalpa, la capital de Honduras, la gente tenga que comprar el agua de cisternas que suben a las partes más altas de la ciudad, de difícil acceso, para venderles «un poquito de agua».

En la temporada seca miles de familias hondureñas sufren por la carestía de agua y son muchas las que compran el líquido a un coste alto a las cisternas que llegan a venderlo de forma racionada.

«No sigamos buscando agua en las cisternas agrietadas del poder, del placer sin reglas morales, del tener y acumular. Hay un vicio horrible que se llama la codicia, la codicia es una sed insaciable de acumular y tener cosas, y peor todavía, de tener dinero», subrayó.

También hizo alusión a los hondureños que acumulan muchas cosas y dinero y después tienen que dejar todo, al morir.

«Bendice a nuestra Honduras, que no sigamos buscando pozos que están agotados, entendamos que el tener es para compartir, el poder es para servir y que así, también, podamos darle de beber a Jesús lo mejor que tenemos», apostilló.

EFE

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