Redacción. Un hondureño fue sentenciado a 12 años de prisión por llevar un arma de fuego ilegal, justo después de un asalto a mano armada en Nueva Orleans, Estados Unidos.
Eran casi las nueve de la noche del 8 de febrero de 2022 cuando la tranquilidad de Nueva Orleans fue rota por sirenas. En la cuadra 4400 de la calle N. Dorgenois se reportaba un robo a mano armada. La policía respondió con rapidez, peinando el área en busca de sospechosos.
En la cuadra 2500 de la calle St. Louis, un agente notó una silueta agazapada entre la oscuridad del césped. Era Daniel Ignacio Mejía Castillo, un hondureño de 32 años, nervioso y con una pistola semiautomática Kel-Tec de 9 mm en las manos. No tenía documentos migratorios legales.
Aunque no fue acusado directamente del robo, Mejía enfrentó cargos graves: posesión ilegal de arma de fuego, delito que bajo las leyes federales estadounidenses puede acarrear hasta diez años de prisión. Sin embargo, debido a agravantes en su caso, la jueza Nannette Jolivette Brown dictó una condena de 12 años, además de una multa de hasta $250,000, tres años de libertad supervisada y una cuota especial obligatoria.
El arma que portaba estaba registrada a nombre de otra persona y provenía del estado de Florida. La fiscalía subrayó que este caso es parte del Proyecto Vecindarios Seguros (PSN), una estrategia para combatir la violencia armada, especialmente en comunidades vulnerables.