Tegucigalpa. La renovación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para más de 54 mil hondureños en Estados Unidos ha encendido un cruce de declaraciones entre actores políticos del país. El exasesor presidencial y exdiputado Marvin Ponce lanzó duras críticas contra el gobierno, acusándolo de incapacidad y abandono de la diáspora hondureña, mientras que el vicecanciller Antonio García respondió llamando a la calma y advirtiendo contra la politización de un tema “sensible y aún no resuelto”.
En un mensaje publicado en su cuenta de X, Ponce escribió: “fracasó política exterior del gobierno, no les renovaron el tps a más de 54 mil hondureños en ee. uu. el canciller andubo politiquiando y el otro con su celac. abandonaron a la gente estos incapaces. y así quieren seguir.”
La publicación generó diversas reacciones, al tiempo que desde la Secretaría de Relaciones Exteriores se emitió una postura a través del vicecanciller Antonio García, quien respondió sin mencionar directamente a Ponce, pero con un claro mensaje de rechazo a las afirmaciones alarmistas.
«No hay que ser ave de mal agüero. No hay noticias todavía. El silencio es más favorable que desfavorable», aseguró García, recordando que el actual TPS vence el 5 de julio y que aún se está a la espera de una decisión oficial del gobierno estadounidense.
García recalcó que tanto la presidenta Xiomara Castro como el canciller Enrique Reina, el embajador Javier Bu en Washington y el resto del equipo diplomático, no han escatimado esfuerzos para gestionar una extensión. Además, indicó que líderes migrantes hondureños en EE.UU. también están trabajando por la causa.
“No pongamos a nuestros compatriotas más preocupados de lo que ya están y sobre todo no divulguemos noticias falsas ni politicemos este sensible tema”, advirtió García, citando incluso la famosa frase latina “alea iacta est” (la suerte está echada).
Finalmente, recordó que, en caso de una decisión negativa, aún habría seis meses de extensión automática y que la vía judicial sigue abierta: “La ruta del TPS es larga.”
El enfrentamiento verbal refleja la tensión que genera la falta de certezas sobre el futuro migratorio de miles de hondureños, mientras las autoridades aseguran estar gestionando todos los recursos posibles para evitar que la comunidad quede desprotegida.