Tegucigalpa. La designada presidencial Doris Gutiérrez lanzó una crítica frontal contra la inclusión obligatoria del libro “El Golpe 28-J: Conspiración Transnacional, un crimen en la impunidad” en el sistema educativo nacional, al considerar que se impone una narrativa política sin el debido respeto al derecho de los padres y al enfoque constitucional de la educación.
Durante su participación en las marchas por el Día del Trabajador en Comayagüela, Gutiérrez, también dirigente del Partido Innovación y Unidad Social Demócrata (Pinu-SD), enfatizó que imponer un solo punto de vista sobre hechos históricos recientes viola el principio de libertad educativa.
“El artículo 152 de la Constitución establece con claridad que los padres tienen un derecho preferente a decidir el tipo de educación para sus hijos. Eso no lo invento yo, está en nuestra Carta Magna”, declaró a en entrevista a Hoy Mismo, de TSi.
“El libro que sí debemos leer es la Constitución”
Más allá de la coyuntura política, la funcionaria subrayó que Honduras necesita una formación ciudadana cimentada en el conocimiento de los principios democráticos. En ese sentido, recordó que el artículo 168 de la Constitución obliga a enseñar la Constitución, la Historia y la Geografía nacionales en todos los niveles educativos, impartidas por profesionales hondureños.
“Quienes estamos en cargos públicos muchas veces ignoramos lo que dice la Constitución. Ese es el texto que debería distribuirse en todas las escuelas y barrios del país”, afirmó Gutiérrez, al proponer la creación de una asignatura específica de Derecho Constitucional en la educación básica y media.
Pide enseñar historia sin filtros políticos
Gutiérrez no descartó la importancia de conocer los eventos históricos que han marcado al país, incluidos los múltiples golpes de Estado que ha presenciado en carne propia, pero insistió en que deben enseñarse con perspectiva crítica y sin sesgos.
“He vivido más de ocho golpes de Estado. Hay que hablar de ellos, claro, pero también de Francisco Morazán y sus ideales, que paradójicamente son más valorados en El Salvador que aquí”, reflexionó.
La polémica en torno al libro promovido por decreto presidencial continúa escalando en la opinión pública, mientras distintos sectores debaten si se trata de una herramienta pedagógica o de un intento de adoctrinamiento ideológico.