Tegucigalpa. Lo que debía ser una jornada de reivindicación para la clase trabajadora terminó en un espectáculo de campaña anticipada encabezado por el Partido Libertad y Refundación (Libre).

Este 1 de mayo, la histórica movilización obrera desde el barrio La Granja hasta el Parque Central de Tegucigalpa fue absorbida por el oficialismo, que transformó el acto conmemorativo en un mitin político, con discursos de Manuel Zelaya, Rixi Moncada y Carlos H. Reyes que giraron más en torno a las elecciones de noviembre que a las demandas laborales.

Frente a los trabajadores que exigían respeto a sus derechos y mejores condiciones de vida, los discursos de los líderes sindicales fueron opacados por intervenciones partidarias.

El expresidente Zelaya aprovechó la ocasión para entregar su libro El Golpe 28J al sindicalista Carlos H. Reyes, alardeando de que el ejemplar contaba con su firma y la de su coautora Rixi Moncada.

 Reyes, lejos de centrar su mensaje en la lucha obrera, se sumó al llamado electoral asegurando que el pueblo debe votar “contra el neoliberalismo”, mezclando la conmemoración obrera con el ambiente electoral.

La movilización, repleta de funcionarios sirvió más como plataforma de campaña que como un acto de conmemoración.

Rixi Moncada, la candidata oficialista, utilizó el espacio para autopromocionarse como “la primera candidata obrera” en la historia del país.

En su discurso, se jactó de representar a la clase trabajadora, aseguró que el gobierno ha reducido el desempleo en un 5% y atacó directamente a sus rivales, Salvador Nasralla y Nasry Asfura, acusándolos de representar los intereses de la oligarquía.

Sin embargo, el evento dejó claro que la agenda de los funcionarios del oficialismo estaba más centrada en la promoción de la candidatura de Moncada y de su libro, que en recordar las luchas históricas de los obreros.

El Día Internacional del Trabajador fue desplazado por una agenda partidaria que no celebró a los obreros, sino que los utilizó como telón de fondo.