Tegucigalpa. La historia de Yensy Yareili Garay, de 24 años, terminó de la forma más cruel y dolorosa. Luego de años buscando un lugar al que llamar hogar, su vida fue arrebatada en un crimen atroz que hoy exige justicia.
La joven desapareció el pasado 14 de marzo tras salir con permiso de la casa hogar donde vivía. Nadie volvió a saber de ella hasta cinco días después, cuando su cuerpo fue encontrado encostalado y abandonado cerca de una quebrada, en el sector 1 de la colonia Hato de Enmedio, en Tegucigalpa.
El informe forense reveló la brutalidad con la que fue asesinada: golpes severos y heridas de arma blanca en la cabeza. Pero, además, las autoridades descubrieron que Yensy ya cargaba con un historial de violencia, pues presentaba múltiples contusiones en distintas etapas de cicatrización, señales de un sufrimiento prolongado antes de su muerte.
Criada desde niña en el orfanato Enmanuel, Yensy creció en un entorno de abandono, junto a decenas de niños sin el calor de una familia. A pesar de todo, soñaba con salir adelante y encontrar su propio camino, pero la vida le cerró las puertas una vez más.
«Era una muchacha noble, con sueños, pero la vida nunca le dio tregua«, expresó con dolor su amiga Elizabeth Vásquez, quien ahora clama por justicia y exige que este crimen no quede impune. «Quiero justicia por mi hermana», escribió entre lágrimas en redes sociales.
Mientras la investigación sigue su curso, los restos de Yensy permanecen en el Centro de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público, a la espera de respuestas sobre quiénes le arrebataron la vida y por qué.