Por unanimidad los magistrados de la Corte Suprema de EE.UU. determinaron que los inmigrantes, indocumentados o residentes permanentes que sean expulsados del país y no apelan sus órdenes de deportación, pierden sus derechos de permanencia en el país aunque la causa de remoción sea incorrecta o injusta.
El dictamen señala que, independientemente de que a una persona (en el pasado) se le haya dado una orden de deportación por un crimen que hoy en día no lo hace deportable, si esa persona no busco “los remedios administrativos en el momento, la oportunidad de buscar una revisión judicial o que la orden o las decisiones fueron fundamentalmente injustas, entonces esta persona si no cumple con estos tres requisitos, no puede atacar esa orden de deportación”.
La moraleja de este dictamen es, si le dan una orden de deportación, pelee hasta el final”, dice José Guerrero, un abogado de inmigración que ejerce en Miami (Florida) de acuerdo a la cadena Univisión.
Este fallo está relacionado con el caso de un migrante mexicano que en 1998 tuvo que abandonar el país por manejar borracho pese a que luego el propio tribunal consideró que eso no era suficiente para justificar una deportación.
La misma Corte Suprema decidió seis años después que manejar borracho no es motivo suficiente para deportar a un migrante. Por ese motivo el mexicano Refugio Palomar Santiago, tomó la decisión de regresar a EEUU, pero fue detenido en 2017 y acusado de ingreso ilegal al país, pese a que él solicitó una revisión del caso amparado en ese dictamen.
Con el nuevo dictamen conocido este lunes, el máximo tribunal falló a favor del Gobierno y no del mexicano, y establece que aquellos que fueron deportados antes de ese cambio de doctrina no pueden revisar de esta manera su expulsión.
Con información de EFE/ Univisión
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