Tegucigalpa. El Instituto Nacional de Conservación Forestal (ICF) presentó un informe sobre la calidad del aire en distintas ciudades del país, como parte del monitoreo ambiental que realiza ante el aumento de incendios forestales en esta temporada. Según el reporte, basado en datos del Sistema de Modelado Integrado de la Composición Atmosférica (SILAM), los niveles de gases contaminantes y partículas se mantienen en una concentración baja, por lo que la calidad del aire sigue siendo considerada buena según los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El monitoreo abarcó ciudades como Tegucigalpa, Comayagua, San Pedro Sula, La Ceiba y Catacamas, donde se analizaron partículas suspendidas y gases como dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre, monóxido de carbono y partículas finas. Aunque en algunos puntos hubo presencia moderada de partículas contaminantes, en general los valores registrados no superan los límites de riesgo para la salud humana.

Comayagua presentó el mayor porcentaje de monóxido de carbono en el aire, mientras que San Pedro Sula destacó por su nivel más alto de partículas PM₁₀. No obstante, en todos los casos la situación permanece dentro de lo permitido, y no se ha emitido ninguna alerta ambiental. De manera paralela, se destaca que los niveles de dióxido de azufre son prácticamente nulos en la mayoría de las ciudades monitoreadas, lo que refleja una reducción de ese componente contaminante.

El ICF explicó que estos gases y partículas provienen principalmente de la quema de biomasa, incluyendo madera, vegetación y materiales ricos en azufre. Al no existir una combustión completa, el humo y otros compuestos quedan suspendidos en el ambiente, lo que puede afectar la salud respiratoria si se acumulan en grandes cantidades. Por ello, aunque el reporte actual es positivo, la institución reiteró el llamado a evitar fogatas, quemas agrícolas no autorizadas y cualquier acción que pueda provocar incendios forestales.

La evaluación se mantendrá de forma constante en las próximas semanas, a medida que continúa la temporada seca y se incrementa el riesgo de nuevos focos de fuego en zonas protegidas y áreas forestales vulnerables del país.