Imparables

Cobardía machista se ensaña contra la mujer y Honduras no puede frenarla


Solo en las últimas 72 horas cinco mujeres fueron asesinadas en Honduras, lo que es ya una pandemia para la cual Honduras no encuentra vacuna.

De forma somera se podría llegar a la errónea conclusión que la muerte violenta de mujeres en Honduras tiene que ver de forma directa en el involucramiento o algún grado de relación con el crimen organizado de parte de las víctimas; nada más alejado de la realidad porque en todo caso, si así fuera, las fatales víctimas primero lo fueron del sistema imperante el cual las víctimas no lo eligieron, sino por el contrario.

El tema alcanza mayores índices de preocupación cuando las mujeres resultan objeto de violencia desde su propio hogar, centros de trabajo, o aulas de clases. Y vea, este tipod e violencia tampoco esúnica en las clases sociales con menores índices de formación profesional, educativa o escasos recursos económicos.

Porque es un mal que viene atacando de forma persistente a mujeres de distintas clases sociales, religión, edad. Triste ejemplo de ello es el reciente caso de una anciana fue encontrada sin vida en su vivienda, supuestamente fue violada y golpeada en el sector de Lomas del Hatillo, Distrito Central, departamento de Francisco Morazán.

Según se conoció, el año pasado a la víctima la habían internado porque su nieto la golpeaba y abusaba sexualmente de ella, además se reveló por parte de los vecinos que este sujeto exhibe sus partes íntimas a los niños del sector.

Lo más reciente, el de una mujer que fue asesinada a disparos en la colonia Kennedy de Tegucigalpa, y quien fue identificada como Melissa Borjas. Pero tan solo 24 horas antes se había conocido de otro repudiable asesinato de una mujer en una colonia sampedrana y cuyos hijos fueron dejados amarrados por los miserables asesinos.

Asimismo, el lunes en horas de la mañana, una mujer fue asesinada, mientras que sus tres hijos fueron dejados amarrados por los malvivientes, el hecho violento se registró en la colonia Lomas del Carmen, en San Pedro Sula, norte de Honduras.

Si continuamos revisando el torbellino de feminicidios de estas últimas horas, damos con el caso de la abogada Nancy Lorena Anariba Hernández, asesinada en su residencia en una colonia de la capital y de cuyo crimen los familiares de la víctima señalan a su espo0co como responsable.

Incluso en el área rural, en donde antiguamente las comunidades se distinguían por su eterna calma, la vorágine criminal les ha alcanzado. En Gualjoquito, una comunidad del departamento de Santa Bárbara sus pobladores se vieron sorprendidos al encontrarse con el cuerpo de una mujer con signos de violencia

Con tan inusitada avalancha de feminicidios, la coordinadora del Movimiento Visitación Padilla, Merlin Eguigure, lamentó que el tema de la violencia contra la mujer en Honduras ni siquiera hay desacelerado. “El tema de los feminicidios requieren medidas radicales que lleven a tomar acciones concretas en los tribunales de justicia”, señaló.

Agregó que los altos índices de impunidad hacen que los casos de violencia contra la mujer se incrementen, “los hombres saben que no les hacen nada y por eso es que golpean y matan a las mujeres”, arguyó.

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