Redacción. Daniel Fortín, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (CCIT) manifestó en declaraciones a HRN que el programa del gobierno para apoyar a los migrantes retornados, que incluye un apoyo de 100 dólares y la posibilidad de establecer negocios a través de cajas rurales, debe implementarse de manera conjunta con el sector privado y sociedad civil para tener un impacto real.
“Yo quisiera de verdad que nos sentáramos y pudiéramos trabajar en forma conjunta para ver cómo vamos a recibir a nuestros compatriotas. Porque unilateralmente no tiene ningún efecto. Nosotros tenemos proyectos más o menos parecidos que los podríamos hacer en conjunto de una forma más masiva», expresó Fortín.
Aunque Fortín destacó que la acción de brindar dinero o capital semilla para iniciar un negocio es positiva, también enfatizó la necesidad de un enfoque integral. «Está muy bien, pero hay que capacitar a esas personas, prepararlas, enseñarles a hacer un plan de negocio, darle asistencia técnica para que su negocio no falle, y garantizarles seguridad, especialmente en el tema de las extorsiones», subrayó.
Asimismo aseguró que cualquier persona que emigre a Estados Unidos puede ser un potencial emprendedor en Honduras, afirmó que muchos de los migrantes poseen las habilidades y la resiliencia necesarias para tener éxito en el país, si se les brindan las oportunidades adecuadas.
El presidente de la Cámara de Comercio también destacó que este programa no debe ser visto como un proyecto improvisado del gobierno, pero insistió en que para lograr que el programa sea exitoso, todas las partes deben colaborar estrechamente para hacer las cosas bien.
Además, aseguró que la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa tiene la capacidad para colaborar en el proyecto, pero instó a sumar a todas las cámaras de comercio del país, ya que muchos de los compatriotas deportados no solo van a llegar a Tegucigalpa, sino a diferentes sectores del país.
Fortín también destacó que se necesitan condiciones adecuadas para que los migrantes retornados no fracasen. «Van a haber retornados migrantes en todos los municipios, en todos los diferentes sectores del país. Por eso se necesita una capacidad instalada para que todas esas personas no fracasen», afirmó. Además, subrayó la importancia de una planificación clara sobre cómo se entregará el dinero y el financiamiento, y cómo se estructurarán los planes de negocio, para garantizar que el apoyo no se pierda. «Hay que ver cómo se les va a dar el dinero, cómo se va a dar el financiamiento, y cómo va a ser su plan de negocio, lo que va a generar, para que este dinero no se pierda», concluyó Fortín.
Por otro lado, Santiago Ruiz, expresidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), opinó sobre el programa del gobierno y lo calificó como «un discurso». Según Ruiz, «tendría que haber habido un acercamiento entre el gobierno y la empresa privada» para trabajar en conjunto y poder ofrecer algo real a los migrantes retornados.
Ruiz cuestionó qué le ofrecerá Honduras a los deportados, quienes dejan atrás trabajos, bienes materiales y una vida estable en Estados Unidos. «Miles de personas en el país no tienen trabajo, y estos compatriotas que vienen tenían un trabajo allá, tenían posesiones, mandaban dinero a su familia aquí, y ahora ¿qué les vamos a ofrecer? se preguntó Ruiz.
Al igual que Fortín, Ruiz subrayó que el gobierno debió haber mantenido una relación más estrecha con el sector privado para poder implementar un programa efectivo. «Aquí, en esta situación, debieron haberse mantenido con el sector privado, y no una posición de confrontamiento que ha sido la constante siempre», afirmó Ruiz, enfatizando que la colaboración entre ambos sectores es clave para el éxito del programa.
En este contexto el sector privado ha cuestionado el hecho de que el gobierno no haya buscado acercamientos con ellos, a pesar de que el mismo gobierno ha asegurado que la generación de empleos recae principalmente en la empresa privada. Si la intención era ofrecer algo tangible a los compatriotas que regresarán deportados debido a las decisiones de Trump, debieron haber buscado la colaboración con este sector, que es crucial para la creación de empleos y la estabilidad económica del país. En lugar de centrarse en esfuerzos aislados, como lo ha destacado el presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa, «unilateralmente es muy difícil poder hacer algo.»