TEGUCIGALPA. - La Policía capturó a un hombre en las últimas horas, por considerarlo sospechoso de la masacre registrada en Juticalpa, Olancho, donde dos adultos y un menor de 11 meses de nacido. 

Así lo confirmó, el director de Comunicación Estratégica de la Secretaría de Seguridad. Secretaría de Seguridad, Miguel Martínez Madrid, quien. Dijo que ya se ha tomado la declaración y lectura de los derechos a la persona detenida.

La primera hipótesis indica que se trata de una vendetta en en ese departamento, originada por un homicidio previo lo que habría generado la enemistad entre dos familias.

En las muertes múltiples murió una madre, su hija y nieto de 8 meses fueron asesinados en el municipio de Juticalpa, Olancho.

Las víctimas fueron identificadas como Nolvia Iveth Rivera, de 63 años, y su hija Sury Bardales Rivera de 26 años, quienes son madre y hermana de un privado de libertad, a quien se le identifica como quien cometió el homicidio previo.

El hecho violento se registró en la colonia Arnulfo Miranda de Juticalpa.

Sobre el crimen

Se conoció que un hombre ingresó a la vivienda donde permanecían Rivera Castro , su hija Rivera (26) y el menor de 11 meses, atacandolas con arma de fuego, provocándoles la muerte al instante.

Las mujeres habrían visitado previamente el centro penitenciario de Juticalpa, donde permanece recluido un familiar por el delito de homicidio, según la información que manejan las autoridades.

El privado de libertad es el padre del menor fallecido e hijo y hermano de las otras víctimas .

Según información en poder de los investigadores de la Dirección Policial de Investigaciones, el doble crimen está ligado a una disputa que mantienen dos familias de la comunidad, que ya ha causado otras muertes.

La tercer víctima es un infante de tan solo siete meses hijo del miembro de la familia Bardales y que actualmente está en prisión por homicidio.

La Policía Nacional pone a disposición de los integrantes  de familias en disputa a un grupo de asesores para que arreglen sus diferencias de forma pacífica, sin utilizar la violencia, que solo deja como resultado luto en los hogares hondureños.