Mandataria hondureña advirtió a Trump sobre un cambio en cooperación militar con EE. UU., si ejercía acciones hostiles contra migrantes hondureños; mientras Cálix critica posibles motivos.
Tegucigalpa. La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, emitió este miércoles 1 de enero una arriesgada advertencia al mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump, en caso de que persista una política de expulsión masiva de migrantes hondureños. Durante una cadena nacional, la mandataria señaló que su gobierno podría reconsiderar la permanencia de bases militares estadounidenses en el país, como la ubicada en Palmerola, Comayagua.
“Si persisten con una actitud hostil hacia nuestros compatriotas migrantes, tendríamos que considerar un cambio en nuestras políticas de cooperación con Estados Unidos, especialmente en el campo militar, donde mantienen bases en nuestro territorio sin pagar un centavo por décadas”, expresó Castro.
Esta declaración ha generado reacciones inmediatas en el ámbito político. El precandidato presidencial Jorge Cálix interpretó que la propuesta de retirar la base militar de Palmerola está vinculada a intereses familiares de la presidenta y su entorno. “El familión quiere retirar esta base porque afecta sus negocios familiares, al igual que la extradición, y por eso la quitaron”, afirmó Cálix en declaraciones a medios locales.
Cálix también destacó la importancia estratégica de la base, que alberga a la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, una de las principales unidades del Comando Sur de los Estados Unidos en la región. “Palmerola es un centro clave en la lucha contra el narcotráfico en Centroamérica. Esta decisión no puede tomarse unilateralmente; debe pasar por el Congreso, y en el Congreso son minoría. En lugar de pelear con Estados Unidos, deberían trabajar en ampliar el TPS o atraer inversiones”, señaló.
La Base Aérea Soto Cano, construida en 1982, alberga a más de 500 militares estadounidenses y 500 civiles entre hondureños y estadounidenses. Su ubicación estratégica permite operaciones logísticas y misiones de seguridad regional, siendo un pilar de la cooperación bilateral en seguridad y lucha contra el narcotráfico.
En tanto, la declaración de Castro se interpreta como una estrategia para presionar a la administración de Trump a cambiar el trato hacia los migrantes hondureños, quienes enfrentan crecientes desafíos en territorio estadounidense.