Tegucigalpa. Mientras miles de hondureños se preparaban para salir de la ciudad o asistir a actividades religiosas, otros ya tenían su Semana Santa resuelta. Los grupos criminales, siempre atentos a su “agenda financiera”, exigieron doble cuota de extorsión antes del feriado. Así lo denunció Wilmer Cálix, dirigente del transporte urbano.
“Se fueron a Semana Santa con buen billete”, afirmó Cálix, dejando claro que en este país hay quienes planifican mejor que el gobierno. Transportistas, como de costumbre, pagaron bajo amenaza.
El dirigente del transporte, aseguró que la situación para el sector urbano y de taxis continúa siendo crítica. “Es una situación difícil para el sector de transporte urbano y los compañeros de taxis; desde la semana anterior han estado denunciando el cobro por adelantado y un cobro doble de la extorsión debido a la Semana Santa, porque algunas estructuras criminales se iban de vacaciones”, expresó.
En Honduras puede fallar todo, menos el cobro de extorsión. Según la a Dirección Policial Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (Dipampco) solo en enero de 2025 se reportaron 341 denuncias formales.
Una cifra que duplica las del año anterior. Y eso, sin contar a quienes prefieren el silencio, no por resignación, sino por instinto de supervivencia.
Los transportistas son el blanco favorito. Según la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) en 2023 pagaron más de 600 millones de lempiras en extorsión. En 2024, la cifra se duplicó: más de 1,200 millones. ¿Y la seguridad? Bien, gracias. Ese mismo año mataron a 49 conductores. Y 2025 ya suma víctimas.
La extorsión se ha vuelto un gasto fijo. Tan normalizado como el combustible o el cambio de aceite. Pero mucho más peligroso.
La denuncia de Cálix es apenas una muestra de lo que ya es costumbre: las estructuras criminales cobran con calendario, precisión y método. Mientras tanto, las autoridades aparecen tarde, si es que aparecen.
En Honduras, la extorsión dejó de ser una emergencia. Se volvió rutina. Y lo más grave: una rutina aceptada por todos, menos por quienes la sufren.