Tegucigalpa, Honduras. La reciente aprobación del Presupuesto General de la República en el Congreso Nacional ha generado una ola de cuestionamientos por parte de legisladores de distintas bancadas, quienes señalan irregularidades en el proceso de votación y denuncian posibles acuerdos políticos que habrían influido en la decisión.
El diputado liberal Héctor Vidal Cerrato expresó sus dudas sobre la legitimidad del proceso, señalando inconsistencias en la asistencia de los diputados de la oposición durante la votación. Según Cerrato, la bancada liberal inició con ocho diputados y finalizó con 17, manteniendo su postura de no respaldar el presupuesto. Sin embargo, apuntó a la bancada del Partido Nacional, afirmando que esta comenzó con más diputados de los que terminaron votando.
«Es más que evidente que algo hubo ahí», declaró Cerrato, sin precisar detalles sobre lo que pudo haber sucedido. También criticó que la aprobación se realizó con solo 56 votos, menos de la mayoría simple requerida.
A estas preocupaciones se sumó el diputado Carlos Umaña, jefe de la bancada del Partido Salvador de Honduras (PSH), quien cuestionó la falta de asistencia de algunos legisladores de la oposición durante la madrugada, lo que, según él, facilitó la aprobación del presupuesto sin consenso.
«Todos los diputados viven en Tegucigalpa. A las 4 de la mañana pudieron estar en el Congreso, y si nos hubiéramos opuesto, el decreto no pasaba. Cuando el río suena, es que piedras trae», expresó Umaña, sugiriendo que algunos legisladores pudieron haber actuado bajo presiones externas.
Umaña también se refirió a los diputados del PSH que votaron a favor del presupuesto, Osman Chaves y Tomás Ramírez, asegurando que tomaron una decisión personal y que será el Directorio Nacional del partido quien evalúe si habrá sanciones internas.
Uno de los puntos más polémicos del presupuesto aprobado es el aumento salarial para los maestros. Cerrato explicó que el gobierno propuso un incremento de 1,500 lempiras, lo que, distribuido en 14 salarios, representaría solo 107 lempiras mensuales para cada docente. La bancada liberal, en cambio, proponía un aumento no menor a 4,000 lempiras. Además, denunció que los 3,200 millones de lempiras destinados a este ajuste fueron incluidos dentro de una partida confidencial presidencial de 12,000 millones.
Por su parte, Umaña criticó el sistema político y la manera en que se manejan las decisiones dentro del Congreso Nacional. «El Congreso Nacional es cosa seria. Legislar es cosa seria. Pero la realidad es que muchos solo van a levantar la mano como borregos», afirmó, lamentando que en el país las decisiones políticas sigan influenciadas por intereses personales y partidarios.
Con estos señalamientos, la aprobación del presupuesto se convierte en un tema de debate nacional, con sectores políticos y ciudadanos exigiendo mayor transparencia en la administración de los recursos públicos. Mientras tanto, las dudas sobre la legalidad y legitimidad del proceso de votación en el Congreso persisten.