Tegucigalpa, Francisco Morazán. El Congreso Nacional no sale del centro de una gran controversia. Según el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), el poder legislativo ha mostrado una de las gestiones más improductivas en los últimos años. A pesar de los millonarios desembolsos destinados a los sueldos y viáticos de los diputados, el Congreso ha sido incapaz de cumplir con su función primordial: legislar para el bien común.
Carlos Espinal, técnico del CNA, señaló que el Congreso atraviesa una etapa crítica, caracterizada por la falta de productividad, las largas pausas sin sesiones y los disensos entre los legisladores. «Es una situación lamentable», afirmó Espinal al referirse a la baja productividad del Congreso.
De las 300 iniciativas presentadas en el Congreso en el último año, apenas 100 fueron aprobadas, muchas de ellas impulsadas por el Poder Ejecutivo. «El trabajo de los diputados es poco o casi nulo, y las comisiones tampoco entregan informes. Entonces, ¿en qué trabajan los diputados?», cuestionó Espinal.
Presupuesto sin resultados
Uno de los puntos más alarmantes de la situación es la ejecución del presupuesto. En el informe titulado “Del Congreso que votamos al Congreso que tenemos”, el CNA destacó que, pese a haber ejecutado más del 100% de su presupuesto en 2019 y 2021, entre 2022 y 2024 el Congreso no logró ni acercarse a esa cifra.
En 2022, el CN ejecutó solo 904.8 millones de lempiras de los 1,448 millones asignados, lo que representa un 62.49% de ejecución. Para 2024, aunque el presupuesto aumentó a 1,523.3 millones, la ejecución se mantuvo baja, alcanzando solo el 88.78%.
Este uso ineficaz de los recursos no se refleja en la productividad legislativa: en 2024, de los 391 proyectos de ley presentados, solo 126 fueron aprobados, y de estos, 104 se han registrado oficialmente, lo que equivale a un 32.2% de aprobación.
Sueldos y viáticos millonarios, sesiones escasas
El contraste entre los recursos destinados a los diputados y su rendimiento es evidente. En 2024, el Congreso desembolsó 228.6 millones de lempiras en sueldos básicos para diputados propietarios y suplentes. A esto se sumaron 173.3 millones en viáticos, que incluyen 15.7 millones para misiones al exterior.
A pesar de estos desembolsos, la actividad legislativa ha sido muy escasa. En 2025, el Congreso solo ha sesionado cinco veces, acumulando más de 45 días sin actividad parlamentaria. La última sesión, celebrada el 12 de febrero, abordó principalmente temas relacionados con la autorización de endeudamiento, una constante que preocupa a los expertos.
Una deuda pendiente con la lucha anticorrupción
El CNA también denunció la falta de avances en el ámbito de la lucha contra la corrupción. Una de las promesas incumplidas del Congreso es la aprobación de la Ley de Colaboración Eficaz, propuesta desde el Congreso anterior y crucial para fortalecer al Ministerio Público en la lucha contra la impunidad.
Carlos Espinal explicó que el Congreso lleva tres años postergando esta ley, sin que haya voluntad política para su aprobación. Además, la inmunidad parlamentaria, creada por el Decreto 117-2019, sigue vigente, lo que impide que los legisladores sean responsables penalmente por sus acciones dentro del Congreso.
Las reformas necesarias al Código Procesal Penal para implementar la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH) tampoco avanzan, lo que deja en evidencia la falta de interés real por combatir la corrupción.
El diálogo político dentro del Congreso también ha desaparecido, lo que dificulta la construcción de una agenda legislativa sólida. Según Juan Carlos Aguilar, de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ), el Congreso actual es uno de los menos productivos en años. «Sin diálogo, no puede construirse una agenda legislativa de calidad», explicó Aguilar, quien además resaltó la falta de reformas internas que limiten el poder discrecional de la Junta Directiva del Congreso.
Aguilar advirtió que el Congreso debe evitar el manejo opaco de recursos y centrarse en una agenda de reformas urgentes para combatir la corrupción, como la instalación de la CICIH.
Reformas clave
Otro tema pendiente son las reformas electorales, como la creación de la segunda vuelta electoral, que han sido procrastinadas sin justificación alguna. El CNA también destacó que 16 convenios de crédito por un monto de 1,609.8 millones de lempiras fueron aprobados en 2024, mientras que las legislaciones sustanciales siguen siendo una deuda del Congreso.
El Congreso Nacional no solo ha sido improductivo, sino que también ha dado la espalda a las causas ciudadanas que prometió abanderar, como la transparencia, la justicia y la reforma. Mientras los legisladores se enfocan en campañas políticas y posponen sesiones claves, la ciudadanía observa con preocupación cómo sus representantes, con abultados sueldos y privilegios, abandonan su responsabilidad principal: legislar para el bienestar común.
La baja productividad del Congreso no es simplemente un fallo administrativo; es una muestra de una democracia debilitada por la falta de voluntad política, el diálogo roto y el incumplimiento de los compromisos asumidos con el pueblo.