Según detalló el funcionario, los recursos necesarios serán tomados de partidas con bajo nivel de ejecución y que no afecten la inversión pública ni el gasto corriente. “La instrucción del PCM es hacer una modificación presupuestaria y en ese caso buscar una partida de alguna institución que lleve un bajo nivel de ejecución, seguramente en programas que no sean de inversión pública o gasto corriente, para destinarlo a eso”, afirmó Duarte.
La medida fue adoptada mediante un decreto del Poder Ejecutivo que establece la lectura obligatoria del texto en todos los centros educativos de los niveles básico y medio del país, como parte de un esfuerzo estatal por promover la “memoria histórica” de los acontecimientos del 28 de junio de 2009, cuando Zelaya fue derrocado en un golpe de Estado.
Duarte justificó la decisión con el argumento de que las nuevas generaciones deben conocer hechos que han marcado la historia política del país. “Nosotros crecemos en nuestro país sin conocer la historia de los golpes de Estado, de la Constitución y cómo las élites políticas han tenido un papel protagónico”, expresó.
El ministro también criticó la narrativa dominante en los textos históricos: “Usualmente, los nombres que aparecen en los libros son de políticos, pero el nombre de los grupos económicos que financian golpes de Estado y fraudes electorales no aparecen, y como vivimos en una democracia, el pueblo tiene derecho a saberlo”, agregó.
Sobre los costos que implicará la impresión, Duarte estimó que serán bajos. “No va a ser un presupuesto elevado porque la impresión de libros no es costosa y si es con la Empresa Nacional de Artes Gráficas (ENAG), será económico. Y cuando son de temas vitales y estratégicos, la institución lo saca en corto tiempo”, aseguró.
En ese contexto, el ministro planteó una distinción entre los relatos que deben prevalecer en la historia nacional. “No es posible comparar el testimonio de un presidente electo como Manuel Zelaya Rosales con el de un general golpista como Romeo Vásquez Velásquez. En ningún país los golpistas y corruptos son los que escriben la historia, sino los pueblos”, sentenció.
El libro, escrito por el propio Zelaya, documenta su versión sobre los acontecimientos del golpe que lo sacó del poder y plantea una supuesta “conspiración transnacional” detrás de su derrocamiento. La Empresa Nacional de Artes Gráficas será la encargada de imprimir miles de ejemplares, que serán distribuidos gratuitamente a escuelas, instituciones públicas y otros sectores.
La instrucción incluye además la responsabilidad de la Secretaría de Finanzas de ejecutar las modificaciones presupuestarias “procedentes” para cumplir con el mandato presidencial.
La decisión ha generado diversas reacciones en la opinión pública, entre quienes respaldan la recuperación de la memoria histórica, y quienes cuestionan el uso de fondos públicos para un texto de autoría del actual asesor presidencial.